Darse cuenta

Hace poco me dí cuenta que vivía en un mundo entre la realidad y la ficción. Me dí cuenta que contaba mis problemas a mucha gente, sin querer resolverlos. Pero que guardaba mi dolor sin compartirlo.
Me dí cuenta que la vida no solo era intangible, sino también tangible. Se podía sentir, respirar, disfrutar.
Me dí cuenta de que pasar horas hablando sobre algo que no existía, se había convertido en mi gran problema psicológico.
Me dí cuenta que hay que mantener los amigos. Si ellos van desapareciendo, seamos realistas, no es culpa de ellos. Porque si al final del camino nos quedamos solos, gran parte fue por nuestra culpa.
Me di cuenta, que esos amigos a los que uno acepta sus defectos por más graves que sean y sus virtudes, son los amigos que siempre van a estar al lado de uno.
Me dí cuenta, que los amigos son esas personas que tarde o temprano se convierten en un hermano, en una hermana, en un primo. En un miembro de una familia elegida por cada uno de nosotros.
Me dí cuenta, de que la realidad por más dolorosa que sea, es lo que nos hace saber que estamos vivos.
Me dí cuenta de que hay una vida, que tengo que ir formando con cada uno de mis pasos. Que quiero ir creando, con cada una de las palabras dichas, escritas, firmadas, solícitas.
Me dí cuenta, que debo hacer autocrítica, no ser hipócrita, ser sincera. Saber que me gusta y que no me gusta. Saber que le gusta y que no lo gusta a los demás.
Me dí cuenta que tengo defectos que son una lista muy larga y a la vez tengo virtudes.
Me dí cuenta, que tengo que continuar.
Me dí cuenta de que no soy el centro del mundo de los demás. Si no el centro de mi propio mundo.
Me dí cuenta de que no quiero que los demás sean como yo quiero que sean, ni tampoco quiero ser como los demás quieren que yo se. Quiero que los demás sean ellos mismos y yo ser yo misma.
¿Y vos? ¿Hiciste autocrítica? ¿Sos sincer@? ¿Es real lo que estás pensando o sólo es algo que querés que los demás sepan de vos pero que no es cierto?